domingo, 6 de mayo de 2012


                        Sobre la forclusión social

Lacan no habla de forclusión generalizada pero se refiere a otras forclusiones, diferentes a las del nombre del padre particularmente en dos ocasiones: la primera cuando analiza el capitalismo, la segunda cuando responde a una pregunta  que se le formula en el Seminario 23. Vayamos,  en principio, a la primera. En El saber del psicoanalista[1] afirma que lo que distingue al discurso del capitalismo es “el rechazo Verwefung de todos los campos de lo simbólico  de la castración y del amor”. Se trataría aquí de una forclusión producida por un sistema social, y Lacan no retrocede a la hora de diagnosticar  una época y sus mecanismos, incluso en utilizar aquellos que  extrae de las estructuras clínicas. Ya Freud[2] decía que se podía hablar de culturas neuróticas, pero con la salvedad  que en la néurosis individual se cuenta con el contraste que separa al enfermo de su entorno, aceptado como “normal” mientras que, en una masa afectada  de manera homogénea falta ese trasfondo. Es interesante tal observación, ya que ella nos lleva a advertir que los sujetos inmersos  en una comunidad, pierden criterios para localizar los puntos sintomáticos de su tiempo. No es indiferente que Freud hable de una cultura neurótica, dándole, en este sentido, un valor a la represión mientras que Lacan se refiera a un mecanismo que tradicionalmente correspondió a la psicosis.  Quizás esa sea la clave que explica como muchos psicóticos encuentran  hoy en día la manera de encontrar una inserción identificando sus “rarezas”- que hace  un tiempo hubiesen sido vistas como locura- con los síntomas de la época que otros también padecen.  Cortes en el cuerpo, piercing a doquier, graves anorexias, bulimias desaforadas, no siempre dan cuenta de neurosis  y se toleran socialmente como  “modas” y maneras de ser. Una paciente que se tajea  los brazos, relató que en la calle un joven le preguntó como se llamaba tal “diseño” y dónde lo hacían, viendo en las incisiones  una suerte de look ¿Sería la época freudiana la de las psicosis extraordinarias y ésta la de las ordinarias? Ello no quiere decir que hoy las primeras no existan, sino que, lo que una época represiva nombra como “locura”, pasa mucho más desapercibida donde reina un mecanismo forclusivo.
 ¡Cuántos  casos  se manifiestan en esas existencias  en las que notamos ese paulatino desasimiento  de todo aquello que enlazó a la vida! Desenlace afín a lo que  Miller y Laurent2  ubicaron  como progresivo desenganche del Otro en las psicosis ordinarias. Pero tales desenganches se sostienen en las nuevas consignas de reinventarse cada día,  partir de cero, dar vuelta la página y lo que antes era considerado un comportamiento errático hoy encuentra una nominación social. 
Silvia Ons




[1] Lacan, El saber del psicoanalista,6-1-72, inédito
[2] Freud,S., El malestar en la cultura T XXI, p 139
2 Miller, J.A., y otros, Los inclasificables de la clínica psicoanalítica, Bs. As., Paidós, 1999, p. p. 325-341.

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